No
quiero ver mi sombra
reflejada
en su lengua de oro
No
quiero sentir la daga
que
perfora mi bolsillo hasta el suelo
Todos
adoran al dios de papel
y
prostituyen sus mentes por tenerlo
El
mundo baila la
danza
que nadie quiere ver
que nadie quiere ver
y
que todos aprenden como un juego
Hipnotizados
por los relojes viven
Y
yo, que cierro los ojos
para
no caer en su trampa
sueño,
sueño, sueño...
y a veces siento que muero.